EL objeto del discurso en la instalación del Tzompantli es el cráneo, por ser un elemento utilizado universalmente; sin embargo, hacer mención de las practicas y los usos del cráneo en otras culturas, sería irrelevante ya que en esta exposición el Tzompantli es el eje conductor de la muestra.
Pero También es importante hacer énfasis en la recuperación de antiguos objetos materiales como son los cráneos, así como importante es el discurso contemporáneo del mismo.
Para las culturas Mesoamericanas, el cráneo era un referente de la cosmovisión que tenían acerca de la dualidad entre la vida y la muerte. Esta última, presente con la decapitación de los hombres vencidos en guerra, es este caso era una señal de trofeo y poderío, en cambio ser triunfante en el juego de pelota culminaba al ser honrado con la decapitación.
Además concebían el resurgimiento de la vida, con la relación simbólica del escurrimiento de la sangre sobre la tierra, como si se tratase de un abono que asegura la perpetuidad de la naturaleza. Sin dejar de mencionar el uso de vendas y tablillas de madera utilizadas por las madres para practicar la deformación del cráneo de algunos infantes, a modo de conservar su identidad cultural además de hacer un paralelismo cuyo valor primordial consiste en destacar esta deformación para favorecer el vínculo de la persona con el cosmos.
Aquí las autoras solo ejecutamos docenas de veces el objeto antiguo mitificado con aspecto descarnado para ser re-materializado y transportado al tiempo contemporáneo, nos valimos de la cera, materia prima que lo forma y conforma una y otra vez para darle una personalidad inanimada, pero al mismo tiempo nos convertimos en cómplice de este objeto (cráneo) .
De manera particular en ÉL reconozco que en vida, es el centro generador de ideas, es el recinto multiplicador exponencial de la creación, es el lugar donde se elucubran los más brillantes y aterradores actos perpetuados por el hombre, es el espacio donde no se trunca la libertad de imaginar.
Aunque al realizar esta instalación, se alude a la muerte, no pretendo evocarla: es solo la interpretación de un conocimiento desplazado, para reconstruir un objeto que me permite recordar mi condición humana.
